¿Cuántas veces te has enamorado, equivocado y sobrevivido? ¿Cuántas veces se te ha terminado el mundo? ¿Cuántas sonrisas has desperdiciado por no soltar la tristeza? Muchas, muchas, muchas. Pero también hay historias bonitas, de amor puro y verdadero. No del de los cuentos, sino del real, del que no termina.
De todas las historias, esta sin duda es mi favorita. Me enamoré. ¡Wow! Caí perdidamente y como nunca. Me he enamorado varias veces en el pasado con diferente intensidad y en épocas importantes de mi vida. He entregado el corazón una y otra vez, pero esta es diferente… esta es la definitiva. Jamás había sentido algo así y aquí, en este sentimiento me quiero quedar.
Conocí a una persona hace poco… maravillosa, divertida, alegra mis días y me llena de una manera que jamás imaginé posible. Me hace reír, me ayuda a ver todas las cosas lindas que tiene la vida para mí. Todos los días me dice cosas lindas, me demuestra que le importo, tiene detalles conmigo. La veo y pienso: “¿Por qué no te conocí antes?”. Estoy segura de que, de ser así, algunas historias no estarían escritas en mi libro. (Para bien o para mal). ¡Cuántas madrugadas despierta y lágrimas me pude ahorrar! Pero ahora está aquí para ayudarme a sanar, sin preguntar y sin condiciones. Está aquí para darme todo lo que necesite.
Todas las mañanas me despierta con un “buenos días preciosa” y sé que es sincero. También sé que de verdad piensa que soy preciosa. Jamás nadie me había visto con tanto amor. Durante el día está pendiente de mí y me pregunta cada poco: “¿Estás bien? ¿Necesitas algo? Solamente quiero amarte y cuidarte” e inmediatamente sonrío. Por la noche cuando estoy muy cansada, me abraza hasta que me quedo dormida. Me besa, me arrulla y me calienta el corazón. ¡No sé qué bueno hice últimamente para merecer la felicidad que estoy sintiendo! Algunos pensarán que estoy loca por sonreír todo el tiempo, pero no puedo evitarlo, así es el amor.
Nuestros caminos se cruzaron hace poco. Al principio dudé, me dio miedo, era difícil para mí creer que alguien así existiera y estuviera en la disposición de escucharme, ayudarme, amarme y sanarme. Me han roto el corazón ya tantas veces que confiar me cuesta un poco. Pero he sido completamente honesta en esta relación y he recibido mucha comprensión y tolerancia. Me despojé de todas mis capas, conoce todo lo que me ha pasado, ha estado ahí todo este tiempo y yo sin darme cuenta. Esto que tengo es tan lindo que parece no ser real.
Me encanta el tiempo que pasamos conversando, sonriendo, enamorándonos. Es como si las horas no pasaran. Me lee libros que dicen justo lo que necesito, en el momento correcto. Es muy dulce conmigo, tanto que no quiero que deje de serlo y me repite todo el tiempo que no debo permitirle a los demás que me ofusquen, que no me conforme con menos de lo que está haciendo por mí. Me recuerda cada vez que puede que mi sonrisa es linda y me pide que la comparta con todos los que me rodean.
Me salvó. Me hace feliz, como nunca nadie. Me cuida, me regala flores, me pone atención. Al ver sus ojos sé que estoy a salvo, que es un lugar seguro y que tengo todo para ser feliz.
Me salvé. Me busqué, me encontré y me conocí. Me veo al espejo y me reconozco, ya no estoy perdida. Me veo preciosa, valiosa y amada. Me repito que estoy en un lugar seguro y que tengo todo para ser feliz.
Me enamoré de mí y de todo lo que soy: necia, imperfecta, enojona y mil defectos más que me hacen ser yo. También de mis cualidades y virtudes que me han llevado a donde estoy. Aprendí a confiar, a confiar en mí. No me juzgo, me tengo paciencia y me soy fiel. En ocasiones he fallado, pero esta vez no es de esas veces. Esta vez es mía, de nadie más.
Ahora me abrazo para no dejarme ir, ya me perdí muchas veces. Creo en mí, creo que soy magia real y bonita, pues por fin encontré lo que tanto anhelé y no sabía que tenía entre mis manos: amor propio y autoestima.
CLOI HERRERA 